Björk en Bs. As.

Anoche fue la segunda (y última) presentación de Björk en el Gran Rex, en el marco de la gira en la que está presentando su último trabajo, Volta. Y para no quedarme atrás en esta racha de prácticamente engancharme en todas que inauguré este año, estuve ahí.

Es difícil ponerle una etiqueta a Björk. Yo conozco más bien poco su trabajo, y en esta escalada experimental que inició hace ya varios años, digamos que cada vez experimenta más, y musicalmente a mi me cuesta digerirla un poquito más. Y resalto el musicalmente, porque (ahí es donde viene lo complicado con Björk), la música es solo un aspecto de su obra.

Anyway: A pesar de que Volta no es un disco que me pinte escuchar muy seguido, el show estuvo excelente. Como siempre, el tener al artista en vivo en un escenario pone las cosas en otro nivel. Impresionante el despliegue visual, los detalles de iluminación, vestuario (de Björk y de las Wonderbrass), las cosas inesperadas, como verla de pronto lanzar de sus manos una especie de telaraña que todavía estoy queriendo saber de donde sacó. Y por supuesto, me di el gusto de ver usar la reactable en vivo :)

¿Cómo? ¿no sabés que es la reactable? Mirá por ejemplo este video, o cualquiera de estos otros. Estuvo muy buena la idea de la producción de tener una camarita arriba del bicho ese que reproyectaba en pantalla gigante la "magia" que hace Damian Taylor.

El único punto un poco olvidable del show fue la diatriba de Björk hacia el público luego del segundo tema a causa de la (muchísima) gente que estaba sacando fotos con flash. Entiendo que moleste al que está en el escenario, sobretodo en un teatro que es un ambiente más chico. Entiendo que la gente es ignorante, usando flash por ejemplo desde el superpullman (infeliz: si tenés una cámara point-and-shot común (como tenía el 99% de la gente que estaba sacando fotos), es AL PEDO que pongas flash... lo único que lográs es fotografiar la nuca del que tenés adelante)... pero hay formas y formas de dirigirse al público. Igual, mucha bola no le dieron. Después del sermón la gente paró un poco, pero hasta ahí. Me pregunto cuantos entendieron lo que dijo (en un inglés con mucho mucho acento -- me llamó mucho la atención que tuviera tanto acento, cosa que no le noto cuando canta --). A juzgar por como la vitoreaban cuando hablaba... más de uno no entendió una goma y se pensó que estaba saludando o algo así... en fin.

Björk no para ni un minuto en el escenario... permanentemente bailando, saltando. Quizás eso explica que el espectáculo es más bien corto (o al menos, no es largo), y dura una hora y media. Hay que seguir ese ritmo una hora y media.

En resumen, muy buen show, y como comentábamos con los chicos, uno se queda con ganas de más.

Antes del teatro, nos juntamos con Eze y Seba a comer unas pizzas en El Cuartito... añares hacía que no iba ahí. Buenísima la pizza. Y a la salida, como Carolina y Pablo no habían cenado, fuimos todos al Palacio de la Pizza. Seba se animó a acompañarlos. Eze y yo pedimos directamente un bombón helado cada uno (la cara del mozo mientras parte de la mesa le pedía pizza, y parte postre era para enmarcar). Pésimo. Nota mental: NUNCA pidan un bombón helado en el Palacio de la Pizza. Nunca. Feo. Muy.

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