Carnavales Norteños 2007

Y así se fueron estas vacaciones, completando mi segunda recorrida por el NOA. Esta vez, sin embargo, pude vivenciar más los lugares, y sobre todo, la gente. En parte porque estuve más tiempo en algunos lugares, y en parte por la fecha: La festividad del carnaval es MUY grande en Jujuy. Ni la Conquista, ni los Jesuitas, ni la opresión y la devastación de las culturas precolombinas que estaban en el lugar lograron borrar esta festividad. Se ha mezclado, sí, con otras costumbres, con simbolismos europeos, iconografía cristiana y demás. Pero sigue siendo una festividad muy importante para la gente. Mucho más que Navidad o Año Nuevo. Es una festividad con milenios de historia. Es la comunión de la gente con su tierra, sus cosechas y sus animales. Y para toda esta gente, su relación con la Naturaleza, con la Pachamama, es mucho más importante que cualquier otro simbolismo o costumbre que se ha intentado imponer.

Después de haber viajado tanto por el sur argentino, es imposible no notar que en el Norte no solo hay paisaje, también hay una CULTURA. El Sur son lagos y montañas, hermosos, pero prácticamente no tiene identidad. Es mucho más difícil encontrar historia en el sur. En el norte en cambio, uno no solo se encuentra con paisajes diferentes, sino con personas diferentes, comunidades diferentes, costumbres, historia.

El viaje tuvo dos partes: La primer semana, organizada por Hielo Azul, con epicentro en Humahuaca. Y la segunda semana, por mi cuenta, recorriendo un poquito Salta, Cafayate y especialmente Tafí del Valle. Varias personas del grupo también prolongaron sus vacaciones una semana más, así que a lo largo de la segunda etapa me fui cruzando con los compañeros de aventuras de la primera.

Parte I - Quebrada de Humahuaca

El sábado llegamos a Humahuaca, y nos hospedamos en la Posada del Sol, un hermoso hostel, no solo por el entorno, las comodidades, el servicio y los detalles, sino por su gente: Marga y Rubén, sus dueños, ambos porteños establecidos hace ya varios años en Humahuaca, y Carlos, un muchacho jujeño que trabaja en el hostel, y que fue nuestro guía en un par de excursiones, y nuestra "puerta de entrada" a entender un poco más toda la movida que hay atrás del Carnaval. Ese día era justo el día del "desentierro", la ceremonia que da comienzo a la fiesta. Así que a la tarde nos buscamos una comparsa, Los Copleros, y presenciamos el acto. Luego volvimos al hostel, y comimos unas ricas pizzas.

Desentierro del Carnaval - 2

El domingo, visitamos Tilcara. Hicimos una breve recorrida por la ciudad, y luego surgieron dos propuestas: Visitar el Pucará, o hacer un trekking hasta la Garganta del Diablo (una cascada que está a un par de horas de caminata). Como el Pucará ya lo conocía de mi viaje anterior, decidí hacer el trekking. A la noche, de vuelta en Humahuaca, fuimos a la Peña de Fortunato: Comida típica (tamales, humitas, empanadas, locro, cazuela de cabrito, dulce de cayote con nuez, ...), folklore, en fin, una típica peña del lugar.

Tilcara - Feria de artesanías Tilcara - Caminata Tilcara - Cascada (2) Humahuaca - Peña de Fortunato

El lunes, Esteban (de excursiones y turismo "Hasta las Manos") nos llevó a Uquía, conocimos un histórico molino, e hicimos un trekking hasta el Cerro de las Señoritas. Luego regresamos al centro de Uquía, en donde disfrutamos de una riquísima merienda preparada por una repostera del lugar que nos recibió en su casa de te. TODO, absolutamente TODO era casero, y riquísimo. Cuando nos íbamos, justo se acercaba la comparsa "Los Corazones de Puya Puya", así que nos prendimos en la joda: Talco, harina, nieve, baile, nos convidaron chicha de maní, vino, sacamos fotos y charlamos con uno de los diablitos. Después volvimos fundidos a la noche a Humahuaca, en donde disfrutamos de unos ravioles.

Quebrada de las Señoritas (1) Quebrada de las Señoritas (2) Los Corazones de Puya Puya

El martes, arrancamos temprano para ir hasta Iruya, a donde se accede luego de recorrer un laaaaargo (y complicado) camino de montaña durante unas 4 horas (desde Humahuaca). Pasamos por Iturbe, en donde sentí una nostaliga MUY fuerte por el tren que ya no está, la estación abandonada, el lazo con Villazón (Bolivia) roto, en fin... recuerdos de la década infame del menemismo. Continuando nuestro camino, llegamos al punto más alto del trayecto, el abra El Cóndor, a más de 4000 msnm, y límite entre Jujuy y Salta. Finalmente llegamos a Iruya, en donde almorzamos una picada acompañada por unas empanadas salteñas, recorrimos el pueblo, hermoso, perdido en la montaña, e hicimos una caminata hasta la confluencia de los ríos San Isidro e Iruya. A la noche, otra vez en Humahuaca, fuimos a cenar a El Cabildo (donde otra vez, podíamos optar por diversos platos típicos).

Iturbe - Estación de trenes Abra del Cóndor Iruya - Regresando al pueblo por el cause (1) Iruya - Grupal

El miércoles, Carlos, de la Posada del Sol, nos llevó a conocer la comunidad de Hornaditas, quienes viven (como digo yo) "bajados del mundo", en una economía prácticamente autosuficiente. Conocimos El Pintado, unas pinturas rupestres que hay en el lugar, Carlos nos contó de varios de los proyectos que hay en marcha en Hornaditas: Pelear (jurídicamente) por el título único de propiedad de sus tierras, reflotar el conocimiento de los ancianos, sus historias, mediante actividades en las escuelas, y reflotar el trueque con comunidades vecinas. Estos dos temas realmente merecen un post aparte... que espero escribir pronto. Almorzamos en la casa de Clara y Héctor Lamas, un matrimonio de la comunidad. Nos atendieron de 10, nos mostraron su casa, compartimos el almuerzo con sus hijos, y charlamos un largo rato con ellos. Después, conocimos al cardón más viejo de toda la Quebrada (de más de 350 años, y con 48 brazos) y al churqui más alto. De regreso en Humahuaca, fuimos a cenar a la peña de Ricardo Vilca. Espectacular. Proyectaron "Río Arriba" (yo no la había visto... me partió la cabeza, es una de esas películas que deberían proyectarse en TODAS las escuelas), y luego disfrutamos de la música de Ricardo. Impresionante lo que transmite ese hombre con su guitarra. Me traje un CD, y las ganas de conseguir los otros 2.

El Pintado Grupo junto a la familia Lamas Comunidad de Hornaditas

El jueves era uno de los días libres. Pero como había interés en conocer Purmamarca y las Salinas Grandes, Irene y Esteban armaron una propuesta: Dar toda una vuelta pasando por el Espinazo del Diablo, el Huancar, Quera, agarrar la ruta 40, llegar a las Salinas Grandes, subir por la cuesta de Lipán, llegar a Purmamarca, y luego volver a Humahuaca. La mayoría del grupo decidimos prendernos en esta propuesta, y otros optaron por tomar un bondi directo a Purmamarca, y de ahí hacer la excursión a las Salinas. El viaje estuvo buenísimo, si bien fue un poco largo. Nos extendimos un poco en Quera, en el almuerzo, con una familia del lugar conocida de Esteban, y para mi gusto llegamos un poco tarde a Purmamarca (y con poco tiempo). Pero en fin... encima, yo y varias personas más estábamos descompuestos desde la noche anterior. Yo particularmente no había pegado prácticamente un ojo. Estaba muy cansado. A la noche, ya otra vez en Humahuaca, cenamos en la Casa de Tantanakuy, donde una vez más disfrutamos de música en vivo y comida típica.

El Huancar Salinas Grandes - Geometría del suelo Salinas Grandes - piletones de extracción Purmamarca - paisaje

El viernes era el segundo (y último) día libre. Acá sí cada uno hizo lo que quiso... por mi parte, junto con Adrián, Germán y Héctor, salimos temprano en bondi rumbo a La Quiaca. Recorrimos un poco la ciudad, la cual realmente no me gustó mucho. Fuimos espectadores del contrabando hormiga, masivo, a la vista de Gendarmería (tanto argentina como boliviana). Cruzamos a Villazón, y recorrimos un rato, y a la tarde, después de almorzar, tomamos un remis hasta Yavi, un pequeño pueblito a 16km de La Quiaca, que solo pude disfrutar una hora (y me quedé con ganas de más). Volvimos a la noche a Humahuaca. Tuvimos que soportar en la entrada un control de Gendarmería (hint: la frontera no se controla, un bondi sí...) bastante estricto: pararon el micro, tuvimos que bajar todo, bajaron el equipaje de las bodegas, y revisaron a todo el mundo. Así y todo, llegamos a tiempo a la posada para disfrutar del asado de despedida, preparado por Carlos.

La Quiaca Yavi - Calle principal

Antes de seguir, pongamos el crédito donde corresponde: Gracias Caro, Viviana y Ricardo por su empeño en "sentarnos a hacer memoria" la anteúltima noche. Sin la recopilación del viaje que escribieron (y compartieron) este relato hubiera sido imposible.

Parte II - Salta, Cafayate y Tafí del Valle

El sábado comenzaron las despedidas: Algunas personas ya se separaron en Humahuaca, o bien porque continuaban por su cuenta con movilidad propia, o por diferencias de horarios con los micros. El resto del grupo, bajó hasta San Salvador de Jujuy, donde almorzamos. La mayor parte de la gente regresó a Bs. As. desde ahí. Yo, inicié la segunda etapa de mi viaje rumbeando para Salta, junto con Daniel.

En Salta pasé dos días / dos noches. Tuvimos PESIMA suerte con la elección del hostel (eso nos pasó por elegir por precio...), era una mugre, un kilombo, estaba manejado por gente que no tiene idea lo que es manejar un hostel (o idea de turismo en general), que no servía ni para llamar a un remís. Pero bueno... eran solo dos noches. Durante el día, con Daniel nos dedicamos a recorrer un poco la ciudad, hicimos un par de paseos, subimos al cerro con el cablecarril, en fin, estuvimos bastante fiacas. Hacía MUCHO calor, eso nos tiró un poco abajo. Realmente se extrañaba el clima mucho más benigno de la Quebrada. Conclusión: Salta es una ciudad que me sigo debiendo. Hay pilas de cosas que una vez más me quedaron pendientes. Durante nuestra estadía, nos cruzamos con Beatriz y Ana, que también venían "bajando", aunque con cronogramas diferentes. Ana se quedó solo una noche, y de ahí regresó a Bs. As., y Beatríz se quedó un día más, y entre otras cosas, hizo una excursión de día completo a Cachi. Las chicas tuvieron MUCHA mejor suerte con el hostel: Tenían de antemano una reserva gestionada por Hielo Azul en el hostel Las Rejas. Recomendable.

Salta - Cumbre del cerro Salta - Catedral al atardecer

Luego fuimos a Cafayate. Ahí tuvimos un poco más de suerte con el hostel. Hicimos una excursión por la Quebrada de las Conchas (o Quebrada de Cafayate), recorrimos bodegas, degustamos vinos, en fin... todo lo que se hace en Cafayate (que realmente no es mucho). Mucho no me gustó. Si a uno no le interesa el circuito del vino y las bodegas... después no hay mucho más para hacer. Así que me qedé dos días / una noche, y partí a Tafí del Valle. Daniel, se quedó una noche más en Cafayate.

Quebrada de Cafayate - Yeseras Cafayate - Bodegas Etchart

Los últimos 4 días en Tafí fueron ESPECTACULARES. El tiempo no ayudó mucho (en esta época suele nublarse, y llueve con frecuencia), pero los chicos del hostel Nómade son UNA MASA. Me cagué de risa hasta llorar, con ellos y parte de la gente que estaba parando ahí. Una hospitalidad fuera de serie. Tafí es además un lugar muy recomendable para ir a pasar unos días tranquilos. Tengo ganas de volver en algún momento. Fueron 4 días de huevo, de estar en el hostel disfrutando el paisaje desde la terracita, o mirando tele, o charlando con los chicos. Hice algunas caminatas, subí al cerro, visité el museo Jesuita y el museo de Mitos y Leyendas... pero no mucho más. El resto, fue disfrutar de la tranquilidad de Tafí, su verde, el aire puro, y Nómade y su gente. Al segundo día llegó Daniel desde Cafayate, y al tercero llegó Beatríz, así que una vez parte del grupo estuvo reunido, e hicimos algunas cosas juntos.

Tafi del Valle Hostel Nomade - Tafí del Valle (1) Hostel Nomade - Tafí del Valle (2)

Y así se terminaron las vacaciones. El sábado a mediodía me tomé el bondi de Tafí a Tucumán, y de ahí, directo a Bs. As. sin escalas. Llegué esta mañana.

Realmente la pasé muy bien, conocí a un montón de gente copada, aprendí un poquitín más sobre la vida en el norte en la era precolombina, lo que como siempre, hace que aumente un poco más mi indignación con la conquista. ¿Dónde estaríamos hoy si América hubiera quedado aislada de la barbarie (sí, barbarie) europea y su sed de riquezas un par de siglos más? ¿Cuál sería la historia si al menos los conquistadores y la "Santa" Madre Iglesia  hubieran aprendido ALGO de los pueblos americanos, antes de exterminarlos y/o someterlos? No es casual que haya vuelto de este viaje con muchas de las sensaciones y preguntas sin respuesta con las que en su momento volví de Perú.

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