Todavía puedo hablar sueco...

Después de casi un año de no estudiar, ayer pude comprobar que me he olvidado muuuucho, pero a su vez, no tanto como yo imaginaba. Elisabeth, la amiga de Martina que conocí el año pasado en Estocolmo está de visita por Buenos Aires unos días, y ayer nos encontramos. Lo complicado fue cuando me llamó por teléfono a mediodía para coordinar... hablar por teléfono sin tener la otra persona adelante, es complicado.

Y también es medio masoquista de mi parte, porque segunda lengua por segunda lengua, el español de Elisabeth es mucho mejor que mi sueco. Incluso aprendió principalmente viviendo en Argentina y Chile, así que conoce modismos latinoamericanos. Es capaz de usar correctamente frases como "donde el diablo perdió el poncho", y así :)

Fuimos a tomar unas cervezas a un pub irlandés que está por el microcentro, Clover si mal no recuerdo, y ahí arrancamos hablando en sueco. A medida que fue pasando el rato... empezamos a mechar más y más español en la conversación, hasta que se dió vuelta la ecuación. No se bien como pasó, pero supongo que tiene que ver que para mí, entender lo que me dicen, y hablar en sueco, requiere MUCHA atención, y termina siendo un tanto agotador. Así que creo que es natural que fuéramos conmutando a español.

Nada. Gajes de aprender idiomas locos en este rincón del planeta :)

Hablamos bastante de política, de como los argentinos tratamos a los turistas, de la cantidad impresinante de viajes que ha hecho esta chica por el mundo (Elisabeth, sabelo: Te envidio (aunque sanamente!)), de música argentina. La pasamos muy bien.

Lástima que su pasaje por Argentina fue un tanto imprevisto (es como la última etapa de unas largas vacaciones en Brasil), y no pudimos coordinar nada con más anticipación. Así que cosas como organizar un asado como un argentino manda, quedarán para otra vez.

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