El domingo fui a ver Duplicity. Había visto los avances, y me había enganchado. Además, era un protagónico de Julia Roberts y Clive Owen. Y eso enseguida te hace pensar en Closer. Y el director y guionista es Tony Gilroy, el guionista de la trilogía Bourne. Y decís ¡guau!

Ni tanto. Sí, es una peli entretenida. Sí, Julia sigue cautivando con su sonrisa. Sí, Tony Gilroy juega un poco con los tiempos en el libro, y le da una vuelta de tuerca interesante (aunque NO original) a un relato que sin eso sería bastante más chato. Y sí, tanto Clive como Julia son dos muy buenos actores, y laburan bien.

Pero listo. No es un peliculón, toda la fanfarria de la prensa especializada (¿es especializada?) porque está filmada en Londres, Zurich, Roma, New York, Dubai y no se que más es al pedo, porque ni te das cuenta (NO es una película para apreciar la fotografía, o para apreciar la arquitectura de esas ciudades, por decir algo), y los personajes de Clive y Julia no son dignos de un Oscar ni mucho menos, no porque ellos estén mal, sino porque son papeles que les quedan chicos, que lo mismo daba si los ocupaba cualquier otra pareja de actores medianamente buenos.

Así que si bien la peli no es mala, y me entretuvo, no estuvo a la altura de mis expectativas, ni tampoco a la altura de toda la publicidad que le hacen. Toda esa cosa de "Está Julia, Clive, y Tony Gilroy. Peliculón!". No, mentira. Hace falta un poco más que super-nombres para hacer una super-película.

Y si, supongo que uno eso a esta altura ya lo recontra sabe... quizás esta vez me lo olvidé.

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