Rasqueteada, asado y otra vez asado

El sábado fui a darles una mano a Diana y Gus con los preparativos para pintar su futura casa. Fue una linda terapia... añares desde la última vez que había hecho algo remotamente similar. Por un lado porque no tuve la necesidad, y por otro porque las veces que podría haberme enganchado para darle una mano a alguien... ejem... me terminaba escapando. No es que rasquetear una pared sea lo más entretenido del mundo.

Whatever. No se si porque estaba en un buen día, si por la compañía, o por qué, pero fue divertido, y hasta se puede decir que lo disfruté :p. Lástima que llegué tarde, y me fui relativamente temprano, y no pude hacer más. Además compartimos con los chicos un muy buen asadazo (sin contar las pizzas, la cervezita, y las cositas que fuimos picando "de mientras").

Y el domingo, la cita era en El Talar, en la casa de Alicia, para compartir oooootro asado (y la correspondiente picada previa, OBVIO!) con mis compañeros de estas últimas vacaciones. Miramos fotos hasta hartarnos, charlamos de mil cosas, nos reímos, y comimos COMO CERDOS. Fue un continuo de picada - asado - helado - mate - tortas varias... para a última hora liquidar los últimos mates con lo que había quedado de la picada inicial. ¿Eso sería un círculo virtuoso? :p

El asado lo regamos con vino casero, hecho por Alicia. ES-PEC-TA-CU-LAR!!! 3 variedades y todo. La verdad, muy muy ricos.

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