The Wall
Anoche fui con Seba, Pablo y mi tocayo Mariano a ver The Wall. Tenía muchas expectativas, que habían ido creciendo con el correr de los meses, pero también, algunas dudas.
Y acá quiero abrir un paréntesis, para explicar dónde estaba parado con respecto a la Rogermanía que se desató en Argentina:
- Nunca fui fanático, ni siquiera seguidor, ni de Pink Floyd, ni de Roger Waters, ni de David Gilmour, nunca entré en la controversia entre ellos dos, ni en toda la mística que hay alrededor de la obra de Pink Floyd;
- Tengo muy poco Pink Floyd escuchado, pero justamente The Wall es una de las obras que más conozco (junto con The Dark Side of the Moon). Específicamente con The Wall conocía el contexto en el que se creó, y más de una vez me puse a pensar en los mensajes que encierra (la peli de Alan Parker ayuda mucho acá...)
- Escuché excelentes críticas en su momento de todo lo que Waters hizo en anteriores oportunidades
Entonces, yo saqué mi entrada con la motivación de ver un espectáculo audiovisual alrededor de un disco muy interesante de una de las bandas más importantes en la historia del rock progresivo.
Eso. Ni más ni menos. No me interesa la discusión de si The Wall por Waters solista sigue siendo o no The Wall, no me interesa si Waters la tiene más corta o más larga que Gilmour, no me interesa discutir si Waters es o no un "ladri" por seguir usando The Wall, y creo que aunque no me haya fumado una y otra vez toda la discografía de Pink Floyd de punta a punta acompañándola de un faso igual puedo entender y disfrutar un espectáculo basado en una de sus obras cumbres.
¿Está?
Volvamos. Decía, saqué mi entrada al toque (en realidad, me la sacó Seba), antes de que se desate la Rogermanía, o sea, antes de que Waters empezara a agregar fechas a lo pavote.
Y fue justamente esto lo que me generó algunas dudas: ¿qué onda, venís a hacer algo que se supone que es impresionante, único, pero al mismo tiempo te ponés a agregar y agregar fechas sin parar? ¿te da igual? ¿aguantás ese ritmo?
Y la Rogermanía iba creciendo, y se iba transformando en algo más ¿tinellizado? por los medios.
Y yo empezaba a preguntarme exactamente que es lo que iba a ver...
Bueno, anoche me saqué todas las dudas: vi un espectáculo audiovisual alrededor de un disco muy interesante de una de las bandas más importantes en la historia del rock progresivo ;-). Y estuvo de puta madre. Desde el arranque nomás el despliegue es impresionante. Un uso del sonido en un estadio que no había visto nunca. Y con el agregado de que no es un despliegue por el despliegue mismo, como podría ser el de un show de Madonna, que te impresiona, que está bueno, pero que eso, luces de colores que impresionan, sin un sustento conceptual. Esto es diferente: acá hay un hilo conceptual muy fuerte. Muchos mensajes (TIP: está bueno repasar bien The Wall, tanto el álbum como la peli, antes de ir a ver el show).
Roger Waters realmente se dió el gusto de representar The Wall como él siempre quiso, y se nota que eso lo hace feliz. Se le nota. Y hay una excelente banda atrás, y toda una parafernalia de tecnología de soporte.
Disfruté muchísimo el espectáculo, de principio a fin. Me encantó. Valió completamente la pena.
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